Todo este orgullo que compartimos por ser parte del Pro-Huerta a veces se ve empañado por la falta de reconocimiento o de valorización de lo que hacemos. Bueno, supongo que de esto ya están acostumbrados y saben que es parte constitutiva de nuestra tarea; por suerte esto está más que compensado por los muchos más que (adentro y afuera de nuestra institución) si reconocen y aprecian la labor que ustedes desarrollan todos los días, particularmente nuestros promotores y huerteros y todos nuestros socios de esta inmensa red solidaria que se articula alrededor del Pro-Huerta.
También quiero reflexionar respecto a lo que tenemos en estos 20 años y a lo que nos falta ó podría hacerse. En este sentido creo que el sendero de trabajo en el que estamos insertos no tiene límites, podemos avanzar en cada localidad y en los niveles más globales todo lo que nuestra imaginación, nuestro empeño y nuestras capacidades lo permitan. Cuando analizamos los logros vemos que están muy buenos, también nos pasa que muchos de ellos nos cuestan medirlos y mostrarlos, pero sabemos que están cuando conversamos con los huerteros y promotores, cuando visitamos los emprendimientos ó cuando sintetizamos las cifras que muestran la llegada del programa. Sin embargo también a veces me da cierta sensación de impotencia por no lograr avanzar más sobre el inmenso potencial de crecimiento que aún tenemos, en familias que podrían incluirse, en organizaciones que podrían sumarse, en huertas que tengan mejor calidad, en Ferias que podrían ampliarse, en acciones y proyectos que posibiliten el acceso a la tierra y al agua, en legislaciones que podrían acompañarnos mejor, en Municipios que asuman la agricultura urbana como parte de sus políticas para lograr ciudades y pueblos más armónicos, en alianzas para seguir sumando recursos humanos para ampliar nuestra capacidad de acción, en una mejor integración y acompañamiento de nuestra institución, etc. etc. En fin, esto quiere decir que no tenemos espacio para "achancharnos", por el contrario, que tenemos mucho espacio para el desarrollo de nuestra imaginación, nuestras energías y nuestras capacidades. Me parece que esto está bueno, esto nos permite recrear permanentemente las utopías y el entusiasmo, y así vivir más plenos.
Bueno, me parece que por hoy basta de filosofía, es hora de celebración y de festejo. Espero que todos pasen un lindo día. Que la mayoría podamos encontrarnos el 13 de septiembre en Santiago. En la medida de sus posibilidades me gustaría que hagan llegar también este mensaje ó el espíritu del mismo a todos los promotores y promotoras con los que ustedes trabajan y que le caben los mismos términos de esta reflexión.
Les mando un fuerte abrazo.
Roberto Cittadini
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